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  • Foto del escritorGuillem Vallet

"Pones últimas a las favoritas para hacerte el guay"

La diversidad de opiniones es una de las bases de Eurovisión. Y con esto tenemos un problema que aún hemos de superar.


Oye, ¿os acordáis de cuando esa tele griega le dio solamente un 5,5 a Blanca Paloma?


¿O de cuando este usuario de Twitter puso a Tattoo la última? ¿Y el que dijo que su tema preferido era el de Rumanía? ¿Y qué me dices de los cincuentones de la OGAE, que siempre votan a las mismas siete canciones? Buf. Si es que lo hacen para llamar la atención porque no tienen otra cosa que hacer. ¿Verdad? Que si no te gusta uno de los temas populares, bueno, ¿pero que no te guste ninguno de ellos? Ya, claro. Si es que van provocando, luego que no se quejen de los comentarios que reciben.


El conglomerado de eurofans españoles es uno de los más grandes de toda Europa. Cuando hay cualquier noticia internacional sobre el festival, o incluso sobre las preselecciones europeas, sea el Benidorm Fest o cualquier otra, siempre hay algún español listo para responder y comentar en primera instancia. A eso no nos gana nadie, y personalmente, a mí me produce mucho orgullo ver cómo hacemos de toda Europa un pedacito de nosotros. ¿Cómo no voy a sonreír viendo a la gente comentar, por ejemplo, un Eesti Laul o un UMK que ocurre a casi 4000 kilómetros de distancia de donde estamos?


La cadena española TEN ha retransmitido preselecciones nacionales de otros países, como el UMK finlandés, estos últimos años.

La diversión en Eurovisión, su contenido relacionado y todo lo que ocurre fuera de la esfera, como pudieran ser los lanzamientos de nuevos temas de los artistas tras el festival, los “fan contests” (recreaciones del formato de Eurovisión con temas de tu elección) o la charla en fórums durante el resto del año a la espera de noticias siempre tiene una base: el respeto a la diversidad de opiniones.


En ese sentido, quizá los eurofans españoles tenemos un problema.


Muchos de nosotros sabemos que, siempre que existe la oportunidad, a España se la mira con algo de recelo cuando surgen noticias polémicas o controversias respecto a cualquier candidatura, sea la nuestra o no. “Espérate, que vienen los españoles” es una frase común entre aquellos que pecan de adictos al drama y, cómo no, desean que lleguemos nosotros con nuestras antorchas y nuestros tridentes para dar a quien sea una lección. Como esto es la vida real, eso sí, pues esos augurios casi nunca se cumplen. Y eso quizá me enorgullece más que cualquier otra cosa. Los silencios a veces valen mucho más que las palabras.


Sin embargo, ahora nos acercamos, poco a poco, a un momento de tensión cada vez mayor. Blanca Paloma podría darnos la tercera, aunque las circunstancias de su candidatura dejan su posición en ambos jurado y televoto en el aire. ¿Nos entenderán o no nos entenderán? Se supone que sí - ¿no has visto ese vídeo de las espectadoras con el vello de punta en Israel? Y al mismo tiempo se supone que no - ¿no has visto lo que nos dice la OGAE? Pareciera ser que la opinión pública ha dejado de lado la discusión sobre si lo estamos haciendo bien o no (puesto que Blanca Paloma no deja lugar a dudas) en favor de la discusión sobre si un tema como Eaea gustará o no. Algo lo cual está totalmente fuera de nuestro control.


Encuesta 2023 de la Organisation Générale des Amateurs de l'Eurovision (OGAE) tras los votos de 43 clubs.

Este año es único para la delegación española. En cuanto a la mayoría de eurofans españoles, no se ha sentido nada salvo la tranquilidad más absoluta. Vocales, escenografía, música, carisma. España, esta vez, lo tiene todo, incluso cuando nos faltan por saber detalles, aunque ya muy pocos. Esto no ocurría ni siquiera el año pasado, donde los fantasmas del Benidorm Fest 2022 y su sistema de votación causaron una temporada que iba de menos a más y donde era Chanel quien se sentía forzada, sobretodo por la presión del público general, a demostrar su poderío en eventos y preparties antes del festival.


En 2023, Blanca Paloma no tiene nada que demostrar. La imagen de las candidaturas españolas en Europa ha sido renovada gracias al Benidorm Fest y sus participantes; Chanel, Blanca Paloma y sus equipos de profesionales, así como la gente de RTVE encargada de llevarlo todo a cabo. Por ello, quizá sea nuestro turno, como fans del festival que somos, de limpiar la nuestra.


Intensitos. Eso es lo que se supone que somos, defendiendo con uñas y dientes no solamente a España, sino a las canciones que nos gusten. Creo que tenemos muy claro que la inmensa mayoría de nosotros puede ser intensito y, al mismo tiempo, respetar los gustos de los demás, por muy eclécticos o poco comunes que sean. De hecho, con una canción como Eaea, es muy normal ver a gente que la coloca entre sus últimas personales. Quizá eso nos haya preparado para una posibilidad que siempre asusta: que el tema simplemente no guste en Europa. Y si eso ocurre, ni Blanca Paloma, ni su equipo, ni RTVE (al menos en lo que se refiere a este año) deberían cargar con ningún tipo de culpabilidad. Pero, al mismo tiempo, no puede darnos carta blanca para faltar el respeto a los gustos de los demás.


Parte del hilo de Twitter comentando la existencia de ránkings de usuarios. (Twitter: @weareMEGARA)

Megara, finalistas del Benidorm Fest 2023, compartían este enero, antes de que empezaran los ensayos, un hilo en Twitter sobre sus opiniones sobre los ránkings que hacía la gente. Comentaban que este tipo de tops pueden generar cierta inseguridad entre las candidaturas menos populares, especialmente si en el mismo top se incluyen esos “últimos puestos” que a la gente le gusta ver, sea por morbo o por simple información de cuáles son las menos preferidas entre los eurofans. Y con una comparación sensata, explicaban que los artistas siempre pueden tomarse esos ránkings como un elemento de presión más.


Quizá la razón por la que no estoy del todo de acuerdo con esta opinión es porque, a mi parecer, es mucho más dañino el tomarse ránkings poco populares como “bromas” o “trolls” que la existencia de estos en general.


Es normal, de vez en cuando, observar un ránking muy poco común. Las favoritas están entre las últimas, y ese tema que en principio a nadie le gustaría, un San Marino 2012, un Irlanda 2008, o un Polonia 2023 se cuelan entre las primeras al mismo tiempo que la favorita de turno está la última. Casi inmediatamente después salen ese tipo de respuestas: “Es que lo haces para hacerte el guay.” Tendemos a pasar de estos ránkings y comentarios sobre estos, porque al final son lo que son: las opiniones de una sola persona.


Ránking acumulado de 1571 personas en el servidor de Discord de Eurovisión. El ránking en cuestión está invertido; solamente se dan puntos a los 10 últimos puestos de cada usuario, de 12 a 1. Para que realmente nos hagamos una idea de cómo es un "ránking al revés".

Pero precisamente es desde aquí donde me gustaría hacer un llamamiento a todos los eurofans españoles a que quizá no ignoremos que ese ránking que alguien ha hecho perfectamente podría ser una opinión de verdad. Y lo más seguro es que lo sea. ¿Quién se arriesga a poner a Tattoo la última y que te entre el pedante de turno a explicarte que tu ránking subjetivo está mal, si no es porque ese tema es su menos preferido de verdad? ¿Cómo puede saber uno lo que es un troll y lo que no?


La respuesta siempre recae en la misma palabra: respeto. Decir que un tema no te gusta, o que no estás de acuerdo con el top de otra persona, o que tu ránking y el de otro están prácticamente al revés no son faltas de respeto. Cuando una tele griega privada deja la puntuación de Blanca Paloma en una baja posición, eso no es necesariamente una falta de respeto. Llamar a la canción “berridos” sí que lo es. Al igual que lo sería empezar a decir que estas personas solamente lo hacen por la atención.


La dura verdad es que a nadie le interesan nuestros ránkings, excepto a las personas que quizá tengan uno similar al nuestro. Mostrar una opinión impopular no te hace popular. No “te haces el guay” con eso. Pero eso ya lo sabíamos. Precisamente los casos en los que uno, por definición, “se intenta hacer el guay” siempre ocurren de la misma manera: faltando al respeto a aquellas candidaturas donde es fácil empujar hacia abajo. Las menos populares.


Piqued Jacks, representantes sanmarinenses en 2023, con su tema "Like an Animal".

Las razones por las que a alguien le puede gustar o no gustar una canción son infinitas. Y siempre que estas no vayan directamente contra los artistas, no debería ser nuestro trabajo debatirlas. En cambio, ¿qué razones tiene alguien para ir a las cuentas de un artista en redes sociales y recordarles que su tema es un NQ de manual, si no es, precisamente, para “hacerse el guay” y aparentar ser políticamente incorrecto cuando lo único que se muestra es falta de empatía?


Uno de los pilares de Eurovisión, precisamente, es la diversidad de opiniones. Todos las candidaturas, hasta las menos populares, tienen sus fans. Por cada persona que declara, de broma, que su tema preferido de 2023 es el de Azerbaiyán y que tiene a Suecia, Finlandia, España y Austria las últimas, hay muchas más que no dudarán en ponerse gallitos cada vez que los Piqued Jacks toquen en directo y que tengamos que ver cómo decenas de personas se aseguran en los chats de YouTube de que ellos puedan ver que su tema apesta. Porque esas, precisamente, son las faltas de respeto contra las que deberíamos luchar, incluso si esos temas no son de nuestro agrado.


Al menos, en una nota más positiva, la clase de 2023 se ha cansado de las pullas gratuitas. Y los eurofans españoles, la gran mayoría, también. Y eso es una victoria para todos y todas.


Mae Muller, representante británica en 2023, responde con sarcasmo a un comentario negativo sobre su actuación en la BCN PreParty. (TikTok: @maemuller_)

Aquellos que no están involucrados en el festival, a quienes llamamos locals, que parece que hacen de las faltas de respeto un deporte nacional, cada año dedican sus palabras a la candidatura española, y en este caso, a Blanca Paloma, de infinidad de maneras. La comparan con Remedios Amaya y pronostican su último puesto. Dicen que son berridos, que les duele la cabeza al escucharla, que ella es muy pesada por promocionar su canción. Que ella es muy arrogante, por alguna razón en la que nunca profundizan. Y por suerte, estamos ahí para cerrar filas en torno a nuestra representante, de la cual no nos podemos enorgullecer más.


Desde aquí, lo único que pido es que hagamos lo mismo con los demás. Porque esto va mucho más allá de si nos gustan las canciones o no. Esto va de nuestro amor al festival en sí y ahí vamos todos de la mano, incluyendo al elenco de artistas de 2023. Luego ya veremos en qué posición quedamos, pero sabiendo lo divertido que va a ser, pues nos podemos tomar un respiro hasta que llegue la final.


Los malteses The Busker lideran una conga en un crucero en Liverpool con los artistas de 2023. (Twitter: @TheBuskerMt)
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